La ganadería es mucho más que una actividad económica; para algunas personas, es una herencia familiar y una pasión que las llena de alegría y satisfacción. En este caso, vamos a explorar la historia de una ganadera apasionada que ha convertido la cría de cabras en su forma de vida. Desde la tristeza de perder a su abuelo hasta el amor incondicional que siente por sus cabras, esta historia nos muestra la dedicación y el cariño que se necesitan para llevar a cabo esta labor.
Un legado familiar
La historia de esta ganadera comienza con una pérdida dolorosa. Cuando ella estaba a punto de hacer la comunión, su abuelo falleció. En ese momento, su padre tomó una decisión importante: darle las cuatro cabras que tenían como herencia. A partir de ese momento, comenzó su aventura en el mundo de la ganadería caprina. Lo que al principio fue un pequeño rebaño de cuatro cabras, ha crecido hasta llegar a unas impresionantes 400.
El amor y el desafío de criar cabras
Criar cabras no es una tarea fácil. Estos animales pueden ser traviesos y desafiantes en ocasiones, pero también son fuente de amor y alegría. La ganadera describe a sus cabras como sus hijos, a quienes debe cuidar y alimentar a diario. Son seres que dependen de ella, y ella se enorgullece de proporcionarles todo lo que necesitan. Sin embargo, también reconoce que las cabras tienen su propia personalidad y pueden tomarla por sorpresa con su comportamiento.
El dolor de las pérdidas
A lo largo de los años, la ganadera ha experimentado el dolor de perder a algunas de sus queridas cabras. Nombres como La Macarena, Maruja y Blancanieves se han convertido en recuerdos de aquellos animales que ya no están. Estas pérdidas han sido difíciles de sobrellevar, pero también han dejado un vacío en su corazón y en su rebaño.
El amor por las cabras en la era digital
En la era digital, muchos de nosotros compartimos nuestras vidas a través de aplicaciones y redes sociales. La ganadera no es una excepción. Ella cuenta que su foto de perfil en WhatsApp es con una cabra y que a menudo publica estados relacionados con sus animales. Algunos pueden sorprenderse o no entenderlo, pero para ella, es una forma natural de expresar su amor y conexión con sus cabras.
La igualdad de género en la ganadería
En el mundo de la ganadería, la mujer también juega un papel fundamental. La ganadera destaca que trabaja tanto como cualquier hombre en la granja. Ella se siente orgullosa de su labor y no ve diferencias de género en este campo. Para ella, la dedicación y el sacrificio son iguales, y el amor y el cuidado que brinda a sus cabras son incondicionales.
La felicidad de vivir la pasión
A pesar de los desafíos y el sacrificio que implica la ganadería, la ganadera se considera afortunada y feliz. Ella disfruta del aire libre, de trabajar en el campo y de la compañía de sus cabras. Para ella, la ganadería es su forma de vida y su mayor pasión. Aunque hay días difíciles y momentos de cansancio, el cariño que recibe de sus cabras y el tiempo que pasa con su padre son invaluable para ella.
La historia de esta ganadera nos muestra la importancia de las tradiciones familiares y el amor por los animales en la ganadería. Desde la herencia de su abuelo hasta la dedicación diaria en el cuidado de sus cabras, ella ha encontrado en esta actividad una fuente de felicidad y realización personal. La igualdad de género en la ganadería es otro aspecto destacado, ya que demuestra que tanto hombres como mujeres pueden desempeñar un papel fundamental en esta labor.
La ganadería de cabra no solo es una actividad económica, sino también un estilo de vida que requiere pasión, dedicación y amor por los animales. La historia de esta ganadera es un testimonio inspirador de cómo una tradición familiar y una conexión especial con los animales pueden dar forma a nuestras vidas y brindarnos felicidad duradera.